Sin control
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Espera lo mejor, preparate para lo peor

domingo, septiembre 14, 2014



Desde el puerto de Helsinki (en Kauppatori) hay muchos barcos turísticos que ofrecen dar una vuelta por el archipiélago. Los hay que incluso ofrecen comida o cena. Y uno en combinación con el autobús Hop-on Hop-off, que sale muy bien de precio.

Pero yo os recomiendo pasar de ellos y coger el ferry que va hasta Suomenlinna. Os da un paseito por la costa de Helsinki, os da la oportunidad de visitar Suomenlinna, y es muchísimo más barato.

El muelle desde donde se coge, está al fondo de Kauppatori, cerca del barco de época y la noria. Hay que comprar el billete antes de subir al barco. Las taquillas están abiertas en verano hasta las seis, si no recuerdo mal, pero hay una máquina automática muy fácil de usar. Nosotros llegamos al muelle tres minutos antes de que saliera el barco (que es muy puntual) y tras batallar con la máquina, conseguimos subir a bordo, pero fue de infarto, la verdad.



Una vez allí, a pesar de que ya eran casi las ocho de la noche, Jan se quiso bañar. Nos dirigimos a Pikku Mustasaaki (la isla D en el plano), encontramos un embarcadero ad hoc, y al agua patos.



Hemos tenido mucha suerte en este viaje, ha hecho un calor considerable, y nos hemos podido bañar en casi todas partes. En Suomenlinna hicimos amigos, una pareja joven y una mamá con su hijo. Estábamos en la parte trasera de uno de los cuarteles, y también compartimos baño con unos cuantos oficiales y un par de borrachos.


La verdad es que el sitio era espectacular.*

Después de bañarnos, nos dedicamos a descubrir la isla. Era ya bastante tarde, y casi todo estaba cerrado, pero en Suomenlinna hay museos, tiendas, bares, parques... en realidad se considera un barrio más de Helsinki, unas 800 personas viven allí.

Como Suomenlinna es una fortaleza, lo que más se encuentra son castillos, barracones, cañones. También hay iglesias y embarcaderos.





Después de dar un buen paseo, Jan estaba rendido, y cuando nos ibamos ya hacia el embarcadero a buscar el ferry de vuelta, encontramos un cartel que indicaba un bar abierto. Conseguí convencerle para explorar, y encontramos Valimo, un local encantador, al borde del mar, entre los barcos deportivos atracados.


 Como la cocina estaba ya cerrada (eran las nueve!!!), tomamos: una sopa Jan y una cerveza con cacahuetes yo. Estuvimos en la gloria!


Acabamos regresando a Helsinki pasadas las diez... hacía ya fresquito y al llegar, pudimos ver atracado en el muelle el barco rápido que al día siguiente iba a llevarnos a Tallinn.


* Si os fijáis en la foto, al lado del embarcadero hay una señal de prohibir con un texto que sólo estaba en finlandés. Con miedo de que dijera que estaba prohibido bañarse, les pregunté a la pareja que estaba cerca si me lo podían traducir. Decía: "Prohibido pisar al hierba". ¿Qué hierba? Los cuatro nos echamos unas buenas risas.