Sin control
Sin control
Espera lo mejor, preparate para lo peor

martes, julio 08, 2014


Jan está pasando quince días en Prada de Conflent, en un campus de bàsquet, que de paso le sirve para refrescar su francés.



El viernes pasado se le podía ir a visitar pues era la mitad de la estancia, y allí nos fuimos A y yo. Jan se lo está pasando tan bien, que casi no quiso ni estar con nosotros, prefería estar con sus nuevos amigos. Así pues, A y yo nos decidimos a buscar un hotelito cerca de su campus, y encontramos el Pradotel Prades. La habitación con vistas al Canigó era un poco más cara, pero... creo que valía la pena. Mirad.

Estuvimos aquí hasta el sábado, y luego volimos a casa, pero paramos por el camino para comprar fruta de los propios agricultores al borde de la carretera. Mirad que melocotones. Parece que estés comiendo jugo.


También compramos cerezas (no sé si es porque Prada está más al norte y quizá la primavera llega más tarde, pero aún tenían las últimas, y estaban riquísimas) y albaricoques que parecían mermelada.

Al pasar la frontera, A quiso llevarme al restaurante El Molí en Pont de Molins,  Alt Empordà. Estaba todo riquísimo (aún me acuerdo del postre de mousse de yogur con fresas, pero no caí en hacerle foto). Pero lo mejor es que está situado al lado del río Muga, y tienen unas tumbonas en la ribera, dónde fuimos a echarnos una siesta que me supo a gloria.


Ésta es la vista desde las tumbonas.


Idílico, vaya. Al despertarnos nos dedicamos a recorrer la ampliación del hostal, que está recién construida y es ideal para una escapada de un par de días.

Las habitaciones son también de ensueño, no os perdáis su página web!

En resumen: dos días de desconexión que nos han dejado como nuevos.