Sin control
Sin control
Espera lo mejor, preparate para lo peor

jueves, noviembre 03, 2005


Sigo sin poder configurar el Router, así que como no puedo subir fotos, os cuento una anécdota del viaje a Lisboa (me he acordado de ella leyendo un mail que me han enviado lleno de leyes de Murphy).

El tercer o cuarto día, J. estaba ya bastante malito, así que por la mañana, mientras esperábamos que le hiciera efecto el Dalsy, L. se fue a comprar el desayuno y yo me quedé con él en la habitación. Estaba a medio duchar, y prácticamente desnuda, cuando de repente oigo como se abre la puerta de la habitación. Pensaba que era L., que se había olvidado algo, y empecé a llamarle, sin respuesta. Así que salgo del cuarto de baño, y me doy cuenta de que J., que llega al pomo de la puerta, la ha abierto y se ha largado por el pasillo. Sin pensar en nada, me pongo a correr y salgo a buscarle.

Cuando estoy a dos metros de la puerta de la habitación, en medio del pasillo, me siento como en un anuncio de Heineken. Estoy prácticamente desnuda, en medio de un pasillo de hotel, y la puerta de la habitación se está cerrando automáticamente detrás de mí. Evidentemente, no puedo tener la llave encima, pues no llevo ninguna prenda de ropa en la que pudiera meterla.

Os prometo que me vi metida en un buen lío.

La única parte buena de la situación es que J. estaba controlado, un par de metros por delante de mi. Bueno, había otra parte buena de la situación: por suerte no había nadie más en el pasillo. :)

Así que no sé ni como lo hice, pero di media vuelta, corrí de vuelta hacia la habitación, y conseguí sujetar la puerta antes de que se cerrara del todo. Me medio parapeté detrás de ella por si aparecía alguien por el pasillo, y utilicé toda mi fuerza de persuasión materna (y promesas de caramelos) para conseguir que J. volviera a la habitación.

Todo acabó saliendo bien, pero ahora que lo rememoro, os prometo que no sé qué hubiera hecho si me llego a quedar encerrada fuera de la habitación. Me muero de la vergüenza directamente.