Sin control
Sin control
Espera lo mejor, preparate para lo peor

viernes, enero 28, 2005


Estoy muerta. Tras cuatro meses en reposo, voy recuperando mi musculatura, pero días como hoy aún están por encima de mis posibilidades.

Por la mañana he ido al trabajo, a buscar unos papeles. He aprovechado para pasar por el centro comercial Gran Vía 2, a buscar unos pantalones rojos de rebajas para Jan, porque la semana que viene es carnaval y en su programa de festejos* indica que un día tiene que ir vestido enteramente de rojo. Jersey ya tenía, pero pantalones no, así que me he pateado todo el centro comercial buscando unos que fueran buenos, bonitos y baratos (he encontrado unos bonitos y baratos).

Al llegar a casa me he puesto a batallar con la sillita del coche, porque Jan ha crecido mucho y ya le quedaban cortas las correas... al final he desistido y me he puesto a buscar las instrucciones de instalación por internet. Una vez encontradas y leídas, ha sido muy fácil. Me he cocinado una sopita para comer (tengo unas anginas de la muerte) y he instalado el Agendus en la Clié que me ha dejado mi hermana.

Corriendo porque ya llegábamos tarde, he ido a buscar a Jan a la guardería, he cargado con él y el carrito en brazos para ir más rápido, los he metido en el coche, luchando hasta sudar con Jan, que no quería que le atara a la silla. He conducido hasta la consulta del pediatra, y he vuelto a luchar con Jan al sacarle de la silla del coche para atarle al carrito.

En la consulta he estado jugando con él hasta que nos ha tocado. Tras la visita (todo bien, ha crecido 2 cm. y a engordado medio kilo en tres meses), vuelta a luchar para ponerle el jersey, el anorak, la bufanda y atarlo otra vez a la silla. Al llegar al coche, lucha por atarle a la silla del coche. Y al llegar a casa, no se me ocurre otra cosa que ir a la Farmacia, y como estaba tan cansada de atarlo al carrito, he decidido llevarle andando. Craso error.

Jan odia ir de la mano, así que he tenido que ir corriendo tras él, agarrándole de la capucha, y finalmente, cargándolo en brazos cuando ha pretendido irse al parque (ya era de noche), tirarse al suelo y tocar toda la mercancía expuesta en la farmacia.

Cuando por fin hemos llegado a casa, a pesar de que he estado jugando con él, he intentado no moverme demasiado del sillón, así que me he quedado completamente "acartonada", y luego no me podía mover. Estoy vieja.

Ahora no puedo con mi alma. Por suerte Lluís le ha metido en la cama. Mañana será otro día. Espero no tener agujetas.

* El día 3, jueves tiene que ir vestido de rojo. El día 4 viernes, tiene que ir al cole disfrazado. El día siete, lunes, tiene que ir con un sombrero original. El día ocho, por suerte, los disfrazan en el cole. El día nueve sólo tiene que llevar un pañuelo grande, para despedir al carnaval.