Sin control
Sin control
Espera lo mejor, preparate para lo peor

viernes, diciembre 17, 2004


Ayer hubo momentos malos y buenos.

Empecemos por los buenos: recibí directamente a la habitación del hospital una felicitación de Iria, con una foto de su niño, que a pesar de ser cinco meses menor que Jan, parece su hermano mayor. Me emocioné como una tonta, me hizo muchísima ilusión. :)

Pero por la noche llegaron los malos. Cuando Lluís ya se había ido (los jueves y los domingos por la noche no puede venir a verme, porque su madre no se queda a dormir en casa, y no puede dejar a Jan solo), llamé a las enfermeras. Tras media hora de espera, intenté llamarlas por teléfono, pero tampoco contestaba nadie. Desesperada, me levanté para ir al baño, porque me encontraba mal. Intenté arreglar el pulsador de aviso, y volví a llamar. Entonces, casi 40 minutos después de la primera llamada, apareció una chica (nueva). Le comenté lo sucedido con lágrimas en los ojos, porque os parecerá una chorrada, pero me sentí muy sola y desamparada, y además estoy embarazada y sensible, que caramba! La chica fue muy amable, y me pidió disculpas, por lo visto no funcionaban bien los pulsadores, intentó animarme, pero soltó una frase que también me dejo hecha polvo: "No se queda nadie a dormir contigo?". Pues no, hace dos meses que duermo sola, porque tengo un hijo en casa que no puede quedarse solo. Ya sé que le dí demasiada importancia, pero es que estaba muy blandengue, y me provocó una buena llorera. Además, me encontraba fatal.

Esta mañana he tenido unas pérdidas de infarto, pero con la actitud zen y teniendo en cuenta que ayer fue un día bueno en cuanto a pérdidas, no pienso agobiarme.

Ayer Allie me dejó unos cuantos links a patrones de muñecos de ganchillo, hay uno que me gusta especialmente, el osito marinero. Cuando termine la segunda mantita, prometo intentarlo. :)