Sin control
Sin control
Espera lo mejor, preparate para lo peor

martes, noviembre 02, 2004


Bueno, hoy me he levantado llena de energía y ánimos, muy al contrario de lo que me pasó ayer. No tuve voluntad de nada, y me pasé casi todo el día tumbadita y triste, sintiendo pena de mi misma. Es que los fines de semana son terribles. Primero porque casi todo el mundo de va fuera, y más siendo un fin de semana de tres días, y por lo tanto, no tengo visitas. Además, durante los fines de semana, Jan no tiene guardería, y Lluís tiene que ocuparse todo el rato de él. Como el pobre no aguanta más de una hora o hora y media encerrado en la habitación de la clínica, Lluís no viene más que tres horitas entre mañana y tarde en todo el día (el día que hay suerte, porque a veces la cosa se reduce a una horita y media en todo el día). No es que me queje ni mucho menos, el pobre está hecho polvo con el trajín de ir arriba y abajo todo el día, pero yo estoy 24 horas al día aquí, y lo noto mucho. Entre el domingo por la tarde y el lunes por la tarde, estuve 23 horas y medio sola, y la verdad, me afectó mucho.

Pero por suerte, mi suegra regresó del fin de semana y ayer se quedó a dormir en mi casa. Así que Lluís pudo venir por la noche a hacerme una hora de compañía. Es una tontería, pero tenerlo a mi lado, aunque él esté leyendo el periódico y yo conectada a internet, me sienta genial. Hoy estoy mucho más contenta. Y aunque hoy no podré ver a mi petardo, Lluís vendrá a hacerme compañía un rato.