Sin control
Sin control
Espera lo mejor, preparate para lo peor

domingo, junio 27, 2004


Ya ha pasado el fin de semana, y me he quedado otra vez sin postear. Es que el verano te mata. Trabajas, llegas a casa, haces la comida, te quedas medio atontado por el calor en el sofá, intentando aprovechar que Jan duerme la siesta para tener una horita de tranquilidad, que termina en cuanto él se levanta y hay que darle la merienda, jugar con él un rato, salir a pasear si es posible aguantar el calor, bañarle, darle la cena y a dormir (él). Otra horita de tranquilidad hasta que yo también me caigo de sueño y me voy a la cama casi zombie.

Hoy he llegado a la conclusión de que éstos días de verano parecen una sucesión de "momentos trona" (ésos momentos en que Jan está sentado en la trona, intentando librarse de los cinturones que más que protejer su integridad física sirven para tenerle sujeto y poder acertar con la cuchara dentro de su boca*). Desayuno, seguido de tres horitas en que, si es fin de semana, se puede ir a pasear. Llegar a casa para darle de comer y ponerle a hacer la siesta. En cuanto se levanta, merienda. Luego el pobre tiene un par de horas de "juerga" antes de que llegue la hora de cenar... Hoy hasta yo me he cansado, me daba la impresión de que al pobre le obligamos a comer contínuamente. Así que Jan no quería cenar y yo estaba tan asqueada, que Jan no ha cenado. No creo que pase nada por un día...

En otro orden de cosas, la boda del viernes fue GENIAL. Hacía tiempo que no lo pasaba tan bien (salgo tan poco... que poco me quejo!!). No conocíamos a nadie en la boda (o eso pensábamos antes de llegar) excepto a la familia del novio. Nuestra estimada de regreso a casa era al rededor las doce o la una... A las tres aún estábamos ahí y tuvimos que volver porque mi madre estaba ya muerta de sueño. Bueno, eso y Jan, que al día siguiente le importa un pito la hora a la que te hayas acostado.

Bueno, ahora a pillar la cama, que placer. Mañana más.

*Tampoco es que sea muy fácil acertar la boca de Jan aunque esté atado... el chaval está covirtiéndose en un genio en el arte del esquivazo a la cuchara. Y hoy ha aprendido lo divertido que es tirar un plato lleno de comida desde la trona, y ver como se desperdiga por el suelo. Los que no tenéis hijos os perdéis un montón de cosas divertidas, jaja.