Sin control
Sin control
Espera lo mejor, preparate para lo peor

martes, marzo 23, 2004


Este fin de semana me ha dejado rendida. El viernes por la noche tuve la peor noche de trabajo que os podáis imaginar: dormí en tres tramos, incluyendo el tercero, de dos horas, que ya dormí en casa. Luego fuimos a hacer una calçotada con unos amiguetes, fue genial, pero os cuento la proporción: 8 adultos, un niño de dos años, otro de uno (Jan) un bebé de diez meses y otro de ocho. Nos lo pasamos en grande, pero fue cansadísimo. Y aunque Jan disfrutó como un loco con su primera experiencia con un tobogán "grande", acabó mordiendo el polvo (y tragándolo), y con una costra gigantesca en toda la nariz. En esos momentos parece un cuadro expresionista.

Así que el sábado me fui a dormir pronto, porque estaba cansadísima, pero dormí fatal, Lluís me despertó cuando entró al cuarto, y me levanté a las seis y media para ir a trabajar. A la vuelta, Jan estaba malito, llorando todo el rato y con unas legañas horribles en los ojos, que a la que se las limpiabas, le volvían a salir. Consulta con el médico y a la farmacia a comprar todo lo que hace falta. Luego, batalla cada dos o tres horas con el pequeño salvaje para que se deje poner gotas en los ojos. Y a dormir pronto otra vez, porque el lunes volvía a trabajar por la mañana.

La noche del domingo al lunes fue horrible, me despertaba a cada hora, y cuando al final tuve que levantarme para ir a trabajar, me encontraba fatal. Náuseas, escalofríos, cansancio, dolor de riñones y estómago revuelto. Ya no había cenado la noche anterior, y ni desayuné ni comí. Intenté pasar todo el tiempo que pude estirada en el sofá, pero ni eso. Hasta Lluís estaba un poco asustado.

Al final me fuí a la cama a las nueve de la noche(al mismo tiempo que Jan), con la advertencia a Lluís de que si me despertaba, sería la última cosa que hiciera (cuando me encuentro mal soy algo borde). Bueno, pues hoy me he levantado tras nueve horitas de sueño COMO NUEVA! Desde luego, lo de dormir bien es esencial para el cuerpo. Y Jan también se encuentra mejor. Viva la primavera!