Sin control
Sin control
Espera lo mejor, preparate para lo peor

viernes, febrero 06, 2004


Esta mañana he apretado dos veces el snooze antes de levantarme. Estaba rendida. Y eso que me fui a acostar pronto. Esto de madrugar no puede ser sano.

Luego me he pasado toda la mañana de cráneo de un lado para otro, aprovechando los momentos de descanso del curro para hacer recados. (Al final parece que voy a poder matricularme en la UOC este cuatrimestre! De momento tengo aseguradas Cultura y Literatura Griegas y Català I. Ya se verá si amplio con Introducció a la Literatura Catalana.)

Cuando he llegado a casa, he tenido cinco minutos para besar a mi niño antes de que Lluís pasara a buscarme y nos fuéramos a comer y reavivar la llama al Vinya Rosa. Estos pequeños encuentros que nos montamos de vez en cuando (habitualmente después de cobrar un extra) son geniales. Nos tomamos unos vinitos, nos reímos, nos hacemos confidencias y echamos muchísimo de menos a Jan. Y tengo el permiso de Lluís para comentaros que me ha dicho: "Cada día te quiero más!". Mola.

Además, hace dos semanas, para celebrar el cumpleaños de Lluís antes de la fiesta de Jan, nos fuimos a un restaurante que resultó un horror. No diré cuál, porque se dice el pecado, pero no el pecador; pero tened por seguro que no volveré jamás. En cambio hoy, ha sido un placer con mayúsculas. Que te mimen y te cuiden a la hora de comer es un placer. Vinya Rosa totalmente recomendado.