Sin control
Sin control
Espera lo mejor, preparate para lo peor

lunes, enero 26, 2004


Voy zombie. Después de un par de días de no madrugar, no puedo irme a la cama pronto, aunque sepa que tengo que madrugar al día siguiente. Así que estuve de juerga y risas con Lluís el sábado por la noche, a pesar de que el domingo por la mañana trabajaba, y me levanté con cara de muerta (a las 6:30, por si a alguien se le había olvidado).

Bueno pues pensé que tras el madrugón y mi imposibilidad natural para dormir siesta, llegaría a la noche destrozada, y con ganas de dormir, ya que hoy tocaba madrugar otra vez. Pues me desvelé jugando a Zelda, y a la una aún no había cogido el sueño. Cuando por fin logré cerrar los ojos, Jan se puso a berrear, y de verdad que no conseguía reunir fuerzas para levantarme a consolarle. A todo esto, esta mañana, cuando ha sonado el despertador, pensaba que me moría. Al llegar a casa después del curro, aún tenía sueño, y he logrado "casi" llegar a dormirme estirada en el sofá. Pero mi incompatibilidad con la siesta es muy grande (¿por qué me haces esto, Dios mío, por qué?).

Resumen de todo lo anterior: me muero de sueño. Son sólo las nueve y pillaría la cama ya mismo. Mañana vuelvo a madrugar... y pasado también.