Sin control
Sin control
Espera lo mejor, preparate para lo peor

lunes, septiembre 08, 2003


Una anécdota que nos ha pasado este fin de semana: El sábado por la tarde-noche, Lluís fue a comprar cuatro cosas que nos faltaban, y yo me quedé en casa con Jan. Al cabo de un rato, oí como se abría la puerta de la calle, pero Lluís tardaba mucho en subir. Al final me llamó a gritos para que le ayudara. Resulta que los goznes de la puerta habían cedido, y se había caído al suelo.

Es la puerta de la calle, de metal por fuera y de madera por dentro. Pesa una barbaridad. Y como se había caído, no había manera de cerrarla. Pero claro, no íbamos a irnos a domir con la puerta de la calle abierta! Con penas y trabajo conseguimos alzarla lo justo para poder darle la vuelta a la llave.

Y cerrada se ha quedado durante más de dos días, suerte hemos tenido de la puerta del garaje! Yo me he angustiado muchísimo pensando que sería una reparación de las de agárrate y no te menees, y que tardarían siglos en atendernos. Pero por suerte los de la empresa de carpintería de aluminio son muy cumplidores, y esta misma tarde han enviado a un operario. No os lo creereis, pero debe haber tardado cinco minutos en solucionarlo todo.

Conclusiones:
1) No hay que angustiarse por las cosas, muchas veces són más fáciles de solucionar de lo que pensamos. Y si son complicadas, tampoco vale la pena sufrir con antelación.
2) No hay mal que por bien no venga: como pensábamos que estaríamos varios días entrando y saliendo por el garaje, por fin hicimos copia de la única llave que teníamos, tarea que teníamos pendiente desde el día que nos dieron la casa.