Sin control
Sin control
Espera lo mejor, preparate para lo peor

miércoles, mayo 28, 2003


Estoy hecha polvo. Tengo que estudiar para mañana, y desde que he llegado, hace una hora y media, Jan no para de gritar. No llora, pero está "probando" la voz, lanzando berridos, grititos y ruiditos varios, y la cabeza me va a estallar. Si no tuviera que estudiar, lo cogería y jugaría con él, y se callaría, pero claro... si hago esto, mañana no me sabré lo que me tengo que saber.

Enfin... os cuento algo que a lo mejor os hace reír, y seguramente me hará reír a mi dentro de algún tiempo, pero de momento hoy me ha hecho llorar. Hoy ha sido la primera vez que he estado todo el día fuera de casa. La clase de la mañana ha terminado a las dos, y como por la tarde hemos entrado a las tres y media, he pensado que era demasiado poco tiempo para coger el coche, ir a casa, darle el pecho a Jan, comer, coger el coche de vuelta y llegar a tiempo. Así pues, le he dejado a Vita la leche que me he sacado esta mañana, y con un biberón de leche artificial, Jan podía aguantar hasta que yo volviera. Durante la clase de la tarde, me notaba los pechos, sobretodo el izquierdo, más y más llenos. Me dolían muchísimo. Y en un momento dado, me he notado la barriga mojada! El pecho estaba tan lleno, que había empezado a soltar leche, había empapado el disco absorbente y el sujetador, y me estaba resbalando por el estómago! Me he puesto muy nerviosa. He intentado hacer una evaluación de los daños, y por suerte, la camisa parecía en perfecto estado de revista, no había llegado a mojarse. Yo me he empezado a poner más y más nerviosa, me tocaba la barriga de vez en cuando, y seguía mojada, pero no tenía con que secarme. Finalmente ha terminado la clase, y yo me he ido PITANDO. Cuando he llegado a casa, lo primero que he hecho ha sido coger el sacaleches para vaciarme los pechos, que estaban a punto de reventar, y cuando entro al comedor, Lluís me dice: "Llevas toda la camisa manchada de leche!". Por lo visto, la camisa sí estaba manchada, pero en un ángulo que yo misma no podía apreciar. Me ha entrado una vergüenza terrible... Sólo espero que mis compañeros de curso no se hayan dado cuenta, aunque me parece imposible.

Esto hace que cada vez tenga más ganas de dejar de dar el pecho, ya no puedo más. Además, tengo ya 56 tomas de 180ml. congeladas en la nevera, así que si Jan se toma una cada día, llegará hasta los seis meses tomando leche materna! No está mal, no? Pero de verdad que es una pena, porque ahora es realmente un placer la lactancia. La tengo dominada, no me duelen los pezones, y Jan y yo no paramos de jugar. Pero es una incomodidad muy grande.