Sin control
Sin control
Espera lo mejor, preparate para lo peor

miércoles, mayo 14, 2003


Aprovecho para contaros la anécdota del aeropuerto. Cuando llegamos a facturar el equipaje, ya íbamos un poco moscas, porque aunque todas las agencias de viajes y compañías aéreas te suplican que estés en el aeropuerto dos horas antes de la salida del vuelo, Air France no nos dejaba ponernos a la cola hasta que faltaba sólo una hora. Mosqueaditos por la espera, llegamos al mostrador, y nos atiende la que debe ser una de las azafatas más antipáticas de toda Francia. Al vernos con el carrito, nos dice que tenemos que facturarlo. Nosotros le decimos que por favor, nos deje llevarlo, porque a la ida lo hicimos así y nos fue muy bien. Como insistimos, la chica dice "Bueno, lo voy a preguntar". Se gira a la azafata del mostrador de al lado y le dice "Los carritos hay que facturarlos, verdad?" Evidentemente, la otra le dice que sí, vaya forma de preguntar. Visto que si no facturábamos el carrito no nos dejaban volar, lo facturamos, pero entonces nos quedamos con Jan metido en la Maxi-Cosi, que va muy bien junto con el carrito o en el coche, pero para llevar a pulso, teniendo en cuenta que también teníamos que llevar las bolsas de mano y la de cambiar a Jan, es bastante pesada. Cogemos un carro de los de llevar maletas, ponemos la Maxi de Jan dentro, y nos vamos a pasar el control de seguridad.

Al llegar al control de seguridad, una chica (esta si era la más antipática de Francia) nos mira y nos dice que no se puede entrar con el carro. Y nosotros ya bastante mosqueados, nos ponemos a protestar porque lo que no puede ser es que te obliguen a facturar el carrito, y luego te obliguen a dejar el carro de las maletas. Además, dentro de la zona de seguridad no había carritos de maletas pequeños, como pasa en otros aeropuertos. Bueno, pues la mujer se puso como una loca, cogió el carrito y empezó a empujarlo (recordad que Jan iba montado encima, dentro de la Maxi-Cosi), gritando que teníamos que dejar el carro fuera. Yo cogí a Jan y (la verdad es que en un tono bastante borde) le dije: "Vous êtres trés gentille, mademoiselle". Y la otra se cogió un rebote de narices. Empezó a gritar como una energúmena, que nosotros eramos los "gentilles", insultándonos... salieron todos sus compañeros y empezaron a preguntar que pasaba, y la verdad, ahí ya no sé como acabó la cosa, yo me fui porque no quería que Jan oyera tantos gritos. Lluís se quedó allí, pero como él no sabe hablar francés, poco se entendieron.

El caso es que al final pasamos el control de seguridad por otra puerta, cargados con miles de bultos, nos hicieron sacar a Jan de la Maxi-Cosi para pasarla por los rayos-X y nos perdieron sus cosas... enfin, estábamos contentísimos. Y cuando por fin entramos, vemos a una señora con un carrito (de bebé) dentro. Nos cogió un mosqueo... Yo intenté hacer una reclamación oficial, pero entre que tenía que reclamar en dos sitios diferentes, y tenía que volver a salir fuera, lo dejé. Además, cada vez que hablaba del tema, se me saltaban las lágrimas. Supongo que estoy tontita porque las hormonas aún no me han vuelto a su sitio.

Pues eso es. Una tontería quizás, porque me temo que otras compañías deben tener la misma política de no dejarte embarcar con el carrito, pero creo que al menos debería haber la posibilidad de que te proporcionaran una ayuda durante el tiempo que vas a tardar hasta subir al avión... ¿No lo hacen con la gente que va en silla de ruedas? Les dejan una del aeropuerto hasta que suben al avión... pues eso.