Sin control
Sin control
Espera lo mejor, preparate para lo peor

jueves, febrero 20, 2003


Entre que he estado liada y que blogger no ha ido muy bien estos días, al final me he tirado tres días sin escribir! En estos tres días Jan se ha portado muy bien por las noches: ya duerme siete horas de un tirón! Gracias Dios mío! Aunque al principio estaba tan sorprendida que me despertaba igualmente, para comprobar que Jan no pedía comida, ahora aprovecho estas horas preciosas para recuperar el sueño, y por la mañana me levanto antes y me da tiempo a aprovechar el día. (Ayer mismo colgué el toallero de un cuarto de baño, y hoy pienso hacer agujeros para los colgadores... estoy eufórica!).

Lo malo es que por las tardes, a partir de las siete-ocho, no para de llorar... es horrible. Cuando ya llevas cuatro horas que no sabes que hacer para que se calme, los nervios empiezan a dispararse... le das de comer, le cambias, le dejas en la cuna, le cojes... Y encima, desde el lunes yo ya notaba que el pobre ensuciaba poco los pañales... Ayer empecé a ponerme nerviosa porque no los había ensuciado en todo el día (la noche del lunes al martes tampoco) y llamé al médico. Me dió un par de remedios para los cólicos nocturnos y el restreñimiento. Pero esta mañana el pobre aún no había hecho nada, así que le he puesto un supositorio de glicerina. En las instrucciones dice que al cabo de 5-15 min. hacen efecto, pero cuando he ido a comprobar sus pañales al cabo de una hora, aún nada. Y ahí si que me he preocupado. He llamado al médico otra vez, pero por lo visto su teléfono móvil es marca Vodafone, y precisamente hoy han tenido un fallo de red que ha dejado sin cobertura a todos sus abonados.

Por suerte, me ha llamado mi hermana (que es médico) y me ha dicho que intentara ponerle otro supositorio justo antes de la siguiente toma. Lo he hecho, y el pobrecito no ha llegado a la siguiente toma, ya se ha aliviado allí mismo...

Ejem... perdón por el post monotemático, pero es que he estado realmente preocupada. Es terrible ver la cara de sufrimiento que pone Jan y no poder aliviarle nada.