Sin control
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Espera lo mejor, preparate para lo peor

lunes, agosto 25, 2014




La cuarta etapa de nuestro viaje fue Estocolmo.Me hace mucha gracia porque precisamente estos días, Gabrielle Blair de Design Mom está pasando también unos días en Estocolmo y Goteborg, y las fotos que sube a Pinterest  (#designmominsweden) son clavaditas a las mías.


Salimos de Göteborg el domingo, y llegamos por la tarde, después de algunas paradas no tan memorables como las de Noruega. En el coche fuimos leyendo un poco de la guía en voz alta para que todos pudiéramos saber algo más de la ciudad, y decidir entre todos qué cosas no nos podíamos perder.



Por suerte nuestro hotel Scandic estaba muy céntrico, y sólo llegar nos fuimos a pasear por Gamla Stan (la ciudad vieja). Acabamos cenando en una taberna "mediterránea" (Taverna Bazaar) y como el sol se ponía tan tarde, aún tuvimos tiempo de ver la Stortorget y el Palacio Real.

El lunes después de desayunar, nos fuimos directos al Vasa Museum, porque todos los chicos se morían de ganas de verlo.


La historia del barco Vasa es muy interesante. El rey de Suecia quería un gran barco de guerra, así que contrató el mejor ingeniero naval de la época para que le construyera el mejor barco. Pero cuando iba de visita a ver las obras, el rey siempre pedía más y más cañones. Así pues, el día de la botadura (1928) después de recorrer unos metros, una ráfaga de viento lo volcó y acabó hundiéndose.



Trescientos años más tarde fue rescatado, y como había permanecido bajo lodo todo este tiempo, se había conservado muy bien, tanto el barco como sus contenidos. Todo esto es lo que se puede ver en el museo.



También con representaciones de la vida en un barco en esa época.


Lo que más me gustó fueron un par de tableros de backgammon.


Por la tarde tomamos un barco turístico que nos paseó alrededor de Djurgården, la isla de Estocolmo donde está el Museo Vasa, el Skansen (museo tipo pueblo español, con demostraciones de artesanía y zoo), el parque de atracciones Gröna Lund, y muchos otros. Una de las cosas que más rabia me da es no haber fotografiado la Blå Porten, la entrada al coto de caza del rey, pero a podéis ver aquí. La isla está también llena de mansiones, algunas transformadas en edificios públicos,como la embajada española, pero otras habitadas por personajes conocidos como algún componente de ABBA.


En Djurgården también se encuentran el museo de ABBA y Junibacken, el museo de los niños, pero no los visitamos.
Nuestro último día en Estocolmo empezó lloviendo. Queríamos dar un último paseo, y mirad qué nos encontramos aparcado al lado del canal.


Cuando estaba fotografiando la bici, apareció su dueña que se puso muy contenta de que nos gustara, y nos dió propaganda de su página web: Bike and Soul.

También me dediqué a por fin comprarme mis zuecos Suecos. Quería comprar unos Hasbeen, pero no encontré ninguna tienda donde tuvieran variedad. Es una pena, porque Designmom encontró una estupenda con todos los zuecos al 50%! (Acabo de ver en la web que allí también hacen un 50% de descuento. Si sabes cuál es tu talla de zueco, aprovecha!) De todos modos, encontré Knulp, que también es fabricante sueco de zuecos. ¡Allí me compré éstos!




Finalmente decidimos tomar un barco hasta Vaxholm. Es una isla cercana a Estocolmo, y muchos holmienses (habitantes de Estocolmo, he tenido que buscarlo) tienen en ella su segunda residencia. El trayecto nos llevó una hora y cuarto en uno de los barcos municipales. El archipiélago de Estocolmo es tan grande, que además de autobuses, tienen barcos regulares.


Vaxholm está en el número 5 del mapa.

Una vez allí, paseamos por la calle principal y luego buscamos una playa para bañarnos. Los chicos lo pasaron fenomenal.

En el embarcadero había un poste de señales con información de todos los sitios importantes de la isla. En la punta podéis ver el escudo de Vaxholm. Todo Estocolmo estaba lleno de postes similares, eran muy prácticos y útiles para peatones y ciclistas. ¡Y preciosos!


Éste es el barco de ruta que nos llevó de vuelta a Estocolmo


Esa noche nos despedimos de A y sus hijos, pues ellos volvían a Noruega a estar con la familia. A partir de entonces, las siguientes etapas del viaje las haríamos Jan y yo solos.

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martes, agosto 19, 2014




Aún me quedan unas cuantas etapas del viaje por explicar, pero ya estamos de vuelta en Barcelona, trabajando y los niños con sus otros progenitores, así que estamos A y yo de "novios".

La verdad es que cuando trabajas pero tienes momentos para ir a dar paseos por la montaña, bañarse en la piscina e ir al cine medio vacío, no da tanta pena que las vacaciones se hayan terminado.

El otro día fuí a pasear por los alrededores de Sant Cugat, y por el camino enontré un montón de zarzas cargaditas de moras. Están en un punto de maduración en las que en cada racimo había un par o tres que ya estaban negras, y el resto aún tenían que madurar. Pero las negras estaban buenísimas!!
Cargué un montón y las puse en la riñonera con el móvil, las llaves y los pañuelos de papel. Qué penita, cuando llegamos a casa todo estaba de color lila y tuve que lavarlo a fondo. Además, dejé las moras limpias dentro de un bol tapado con papel transparente, pero al día siguiente estaban malas.

Hoy hemos sido más listos: A y yo hemos salido otra vez a pasear y por si acaso hemos cargado con una bolsita de plástico... casi me vuelvo loca de la emoción. Hemos cogido un camino distinto y hemos tenido que PARAR porque había tantas moras que no teníamos claro que hacer con ellas. De momento las he metido en el congelador para que no se estropeen, pero tengo  previsto hacer mermelada, tarta de queso y utlilizarlas como adorno cuando tenemos invitados y servimos coulants...

¿Alguna otra sugerencia para aprovecharlas?

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sábado, agosto 16, 2014






Área de descanso en Andelva
Ya estamos de vuelta en Barcelona, y tengo un montón de cosas que explicar. Los que me sigáis por Instagram ya habréis visto algunas de las fotos, pero si os quedáis con ganas, aún tengo más.

Tengo pendiente el post sobre mi visita a Edel Designs, pero de momento os voy a explicar la tercera etapa del viaje: Boda en Suecia.


El viernes salimos de Ringsaker hacia Göteborg, donde se iba a celebrar la boda el sábado. Por el camino paramos en un par de sitios memorables. El primero, un área de descanso de la autopista, dónde había juegos para niños, bosque, vegetación y hasta un lago con playa! Eso sin contar el restaurante.  Yo me dediqué a recoger frambuesas (qué ricas estaban) mientras los niños corrían y soltaban energía.


El segundo fue  Drøbak, un pueblo turístico muy pintoresco a ochenta quilómetros de la frontera con Suecia. Allí comimos y vimos algo típicamente noruego: los pescadores vendiendo en el puerto las gambas recién pescadas que ellos mismos hierven en el barco de camino a puerto. Lo típico es comprarlas directamente en el barco, y comerlas con pan con mantequilla, mayonesa y un chorrito de limón.


Cuando por fin llegamos a Göteborg, estábamos rendidos. Al día siguiente los chicos pasaron el día en el parque de atracciones Liseberg, el más grande de Suecia, e incluso pudieron asistir a un concierto de Snoop Dogg, aunque la verdad, no acabaron muy emocionados por el evento.


Nosotros fuimos a la iglesia, y asistimos a la boda de Chris y Hanna, la ahijada de A. Chris es australiano, asi que por suerte la boda fue bilingüe y pude entenderlo todo.


Después de la ceremonia, tuvimos cuatro horas libres antes de que empezara la fiesta, así que condujimos hasta Hönö, que es una isla frente a Göteborg donde estaba el local, y nos dedicamos a explorarla. Para llegar hasta ella hay que subir en un ferry público gratuito (se considera como una carretera) que funciona durante todo el día y la noche.


Höno está conectada por puente con otras dos islas (Öckerö y Hälsö) y por ferry con muchas otras. Nosotros cuando nos cansamos nos dirigimos a un pequeño café encantador en el puerto deportivo de Öckerö y nos tomamos un pequeño tentempié, ya que no íbamos a comer nada hasta la hora de cenar.

Tarta de moras y frambuesas... ñam!
Después ya tocó ir de boda... los novios eran guapísimos.

El local lo habían decorado las familias y amigos con un toque escandinavo que a mi me tiene enamorada.

 Las tarjetas para asignar las posiciones en la mesa eran piedras blancas de río...

Durante toda la boda hubo entretenimiento sin fin, discursos, bailes, canciones... Nos repartieron un pequeño libreto con una minibiografía de cada comensal, las letras de las canciones, preguntas de diferentes juegos... y una tarjeta de bingo de boda! Divertidísimo.


Nada más por hoy, me ha salido un post la mar de largo... pronto seguiré con la cuarta etapa del viaje!

Vista de Hönö desde el local de la boda

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domingo, agosto 03, 2014





La segunda etapa del viaje ha sido pasar unos días en el pueblo natal de A. Hemos estado con su madre, con su hermana y con los primos, y nos lo hemos pasado muy bien.

 

El jueves fuimos a comer a Spiseri, en Tingnes.



Por el camino, su hermana y yo nos perdimos en la tienda Edel Designs, situada en una granja cercana, pero eso da para otro post a parte.

 
 
Después de la comidita nos fuimos a bañar al lago Mjøsa. El año pasado también nos bañamos todos, y yo casi no podía ni respirar de lo fría que estaba el agua. Este año la temperatura estaba a niveles del Mediterráneo, y los chicos lo pasaron realmente bien.

 

Por la noche cenamos en casa de mi cuñada, y los chicos quemaron energías en el trampolín (así es como le llaman ellos) que tienen en el jardín.



Hasta pronto, Noruega! Vi sees!

 

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El primer tramo de nuestro viaje lo hemos pasado en Tromøy,  una isla de la municipalidad de Arendal,  en el sur del país.
El hermano de A tiene allí una cabaña,  y nos ha alojado unos días...  Éramos nueve personas en una cabaña sin conexión a internet ni televisión y a la que hay que acceder a pie.  El escenario ideal para pasar unos días en familia poniéndonos al día.


El verano en Noruega este año ha sido especialmente caluroso,  con unas temperaturas que no tienen nada que envidiar a las de Barcelona.  Así pues,  el agua del mar estaba muy apetecible,  y hemos pasado unos días estupendos paseando tanto a pie como en barco,  bañándonos y aprendiendo a hacer esquí acuático.


 
Los días se han hecho cortos,  y ya estamos en la siguiente etapa del viaje,  que dejo para el próximo post.



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