Sin control
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Espera lo mejor, preparate para lo peor

sábado, septiembre 13, 2014


Si me seguís en Instagram, sabreis que ando poco por aquí porque he estado fuera este fin de semana. Pero no quiero adelantarme a los acontecimientos. Así que seguiremos con los posts por orden cronológico. Hoy toca Helsinki.


Salimos de Estocolmo a la una del mediodía, y el vuelo duró más o menos una hora, pero al llegar, ya eran las cuatro de la tarde, porque Finlandia va dos horas adelantada respecto al meridiano de Greenwich (una hora más que en Barcelona). Entre llegar al hotel e instalarnos, se nos habían hecho las cinco y media, y nosotros sin comer. Así que salimos a dar un mini paseo y buscar un sitio para comer/cenar.

Al final elegimos Kappeli, en Esplanadi, el impresionante paseo que va a dar a Kauppatori (el mercado) y el puerto.


Yo tomé reno, que estaba buenísimo, y Jan pollo (no hay que olvidar que tiene 11 años), pero me sorprendió al aceptar compartir conmigo un plato de arenque sobre pan negro. ¡Y le gustó! Mi hijo se hace mayor.

Luego paseamos por el centro, y descubrimos nuestra primera tienda Marimekko.


La verdad es que fue duro ir descubriendo tiendas y tiendas, y no poder comprar nada, porque llevábamos las maletas a tope. Es el problema de pasar tres semanas fuera y sólo poder llevar una maleta... Pero vaya, está claro que tarde o temprano habrá que volver a Helsinki a pasar un fin de semana... con la maleta lo más vacía posible.

Luego subimos por Aleksanterinkatu, donde pudimos ver muchísimos edificios Art Déco. Para muestra, un botón.


Estos duendes? trolls? están en el edificio que está en Aleksanterinkatu 44, y que por lo que he encontrado en internet, parece que es el edificio de Pohjola seguros. De todos modos, la calle es para perderse un rato en ella, sobre todo si os gusta el Art Déco.

Aprovechamos para pasar otra vez por Kauppatori cuando ya no quedaban puestos del mercado y le hice una foto. Aquí podéis compararla con la que tiré a la mañana siguiente, cuando el mercado estaba en plena ebullición. Están sacadas prácticamente desde el mismo sitio, y al fondo podéis ver la Catedral Ortodoxa Uspenski.

Kauppatori de día, durante el mercado, es un sitio lleno de vida, dónde no sólo se puede comprar sino tomar algo, en alguno de sus múltiples puestos, dónde te pueden servir desde pescado a crèpes.


A la mañana siguiente, volvimos a visitar la plaza del Senado, en la que ya habíamos estado en nuestro paseo vespertino el día anterior, y visitamos la Catedral (Protestante) de Helsinki (Helsingin tuomiokirkko). 



Aquí la tenéis con la estatua del Zar Alejandro II de Rusia, que gobernó finlandia, pues en esa época formaba parte del Imperio Ruso. Es muy interesante la historia de Helsinki, pues ha formado parte tanto de Rusia como de Suecia.

Hay dos idiomas oficiales en Finlandia: el finés y el sueco. Además, hay otros idiomas minoritarios oficiales: tres idiomas sami (lapones), el carelio, el ruso (es el tercer idioma más hablado en Finlandia), el romaní y el idioma finlandés de signos.

Así pues, la mayoría de los letreros que encontramos por la calle estaban escritos en sueco y finlandés. A mi eso me iba muy bien, ya que el sueco, que se parece bastante al noruego, era más fácil de leer para mi. Pero no tuvimos ningún problema de comunicación hablando en inglés.

Al salir de la Catedral, pasamos por la tienda, dónde compré éstas tres postales.


Son de Timo Mänttäri, y me encantan!

En la plaza del Senado también encontramos, a derecha e izquierda de la Catedral, la residencia del Primer Ministro...


... y el edificio de la Universidad de Helsinki.


De delante del edificio de la Universidad tomamos el autobús Hop-on Hop-off de Helsinki, y os lo recomiendo vivamente. Nos llevó a una serie de sitios, como el Parque Kaivopuisto, el café Carusel, o alguna playa que no habríamos visitado de otra manera, dado el poco tiempo que nos quedamos en la ciudad.

Pasamos también por el mercadillo de Hietalahti, Kamppi, la iglesia Temppeliaukio, el monumento a Sibelius, el estadio Olímpico y la Ópera Nacional. Luego nos bajamos y seguimos visitando a pie.

Monumento a Sibelus

Mercadillo de Hietalahti
Vimos el Palacio Finlandia (diseñado por Alvar Aalto) y el Museo Nacional de Finlandia. Pero lo que más nos gustó fue Temppeliaukio.

 Se trata de una iglesia excavada en la roca, de los arquitectos Timo y Tuomo Suomalainen, que se usa muchas veces como sala de conciertos por la excelente acústica que tiene. Su entrada parece un búnker, y es totalmente redonda, espectacular.


 Nosotros tuvimos la suerte de poder escuchar un concertista de piano practicando un concierto, y tanto a mí como a Jan nos encantó.



Después de comer, paseamos por Kamppi, y allí vimos la recién inaugurada Kampin kappeli, de los arquitectos K2S Architects Ltd. La capilla fue construída como parte del programa de Capital Mundial del Diseño de 2012, y ganó el Premio Internacional de Arquitectura de 2010.


De camino a la estación central, encontramos algún que otro recuerdo de la celebración de Helsinki como Capital Mundial del Diseño. Las cintas de Happy Helsinki, además de servir para descansar un rato, servían también para celebrar el 200 cumpleaños de la ciudad como capital de Finlandia.


La estación central de Helsinki es también digna de ver, y su entrada está flanqueada por estos gigantes míticos, muy Art Déco, que sujetan las enormes farolas.



Muy cerca de la estación central se encuentra también el Ateneum, que bien merece una visita. Justo delante, en la plaza Rautatientori, nos encontramos con un espectáculo divertido: Dinner in the Sky.



Nos gustó tanto la idea (cenar, merendar o comer suspendidos en el cielo por una grúa) que estuvimos meditando si reservar para la noche o no, pero al final decidimos que no porque preferíamos ir a Suomenlinna la fortaleza que ocupa seis islas en la costa de Helsinki.

Pero eso me lo reservo para el próximo post, porque éste me ha quedado ya muy largo. Os dejo con una parada de tranvía de Kamppi, para que veais que en Helsinki el diseño se encuentra en todas partes.